La Caza
LA CAZA
La caza es para mí una manifestación de nuestro ser más salvaje, ese que todos tenemos y que en algún punto de nuestra vida sacamos, no es mí afición, no es mi pasatiempo, no es mi deporte, es MI VIDA es lo único que me produce tal sensación de nerviosismo, emoción, sobresalto, tensión y amor por lo que me rodea que hace que produzca reacciones en mí que absolutamente nada consigue, nada es comparable con la astucia del zorro, con el andar majestuoso del venado, con la resistencia y tenacidad del jabalí, con la ferocidad del lobo, con la agilidad del rebeco entre las rocosas, con el aplomo del Macho Montés ante la adversidad, con el cantar de los perros en una ladra.....pero sobretodo con los amaneceres y atardeceres en el campo.
Qué seríamos sin esas duras mañanas de frío invernal, de esas tardes calurosas de verano, de esas noches de lluvia, de ese sonido que nos envuelve, que nos para el corazón que nos alerta de la entrada de la pieza deseada, de esa satisfacción de ver semejante animal entrando al puesto, observar su pelaje sus gestos, su tranquilidad y pasividad ajenos a nuestra presencia, ajenos al final que les aguarda ya bien sea el indulto o una detonación de nuestro arma tras encararla suavemente y acariciar el gatillo poniendo fin a la corta y efímera vida del habitante del campo, sí amigos muchos somos los afortunados que vivimos esa situación, de ver como una simple hembra con crías puede desatarnos un infinito sentimiento de ternura y de gozo, de la protección que dicha hembra realiza con su prole esa que hace que el amor maternal nos produzca tal devoción hacia la vida salvaje que nos llene los ojos de lágrimas al contemplar tan tremendo espectáculo, sí amigos sí la caza es mi pequeño rincón de locura, mi punto débil, mi flaqueza inconfesable ese algo a lo que mi cuerpo y mi alma viven subordinadas, protejamos este privilegio del ser humano que pocos locos entendemos...
TEXTO ESCRITO POR: Adrián Benjamín Martín Aires
